
Tras estudiar a 740 hombres en Taiwán, los investigadores han llegado a la conclusión de que el tabaco destruye los folículos pilosos, interfiere con la circulación de la sangre y las hormonas en el cuero cabelludo y aumenta en exceso los niveles de estrógeno. Todo esto podría acelerar la caída del cabello. No obstante, por suerte para los taiwaneses, la velocidad a la que avanza su alopecia continúa siendo mucho menor que en occidente.
El estudio, publicado este mes en la revista Archives of Dermatology, recomienda que se informe a los hombres con signos precoces de pérdida de cabello sobre cómo el hábito de fumar puede acelerar su incipiente calvicie.
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